El lehendakari Iñigo Urkullu ,posa con exconsejeros de Salud, y los directores de Osakidetza durante el acto conmemorativo del 40 aniversario del sistema de salud vasco.EFE/ Adrián Ruiz Hierro.

El descontento con la sanidad pública hace tambalear la hegemonía de un PNV preocupado

Marta Abecia |

Vitoria, (EFE).- El creciente descontento de la ciudadanía vasca con la sanidad pública es uno de los principales reproches de todos los partidos al PNV, que ve su fama de buen gestor cuestionada. Tampoco oculta su preocupación por el desgaste que podría provocarle en la cita del 21 de abril.

El Servicio Vasco de Salud, Osakidetza, ha pasado de tener una imagen positiva para el 84 % de los ciudadanos de Euskadi en 2019 a ser la segunda de sus preocupaciones. Está por detrás del empleo y por delante de la vivienda en 2024.

Los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) van más allá y a las puertas de las elecciones apuntan que la sanidad es ya el primer problema que destacan los vascos Esta vez por delante del paro, la economía y la vivienda.

¿Qué ha pasado con la que fuera ‘joya de la corona’?

La pandemia. Con ella empezó todo según el Gobierno PNV-PSE-EE. Los números corroboran que la covid disparó de los 57 a los 90 los días la espera media para ser operado por el Servicio Vasco de Salud.

Tres años después, el Departamento vasco de Salud cifraba en diciembre de 2023 la demora media para intervenciones quirúrgicas en 60 días.

Pero con la pandemia no empezó todo para la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública Vasca, que nació en 2020 con un pequeño grupo de trabajadores de Osakidetza.

Ese fue el germen de un movimiento social que ha sacado a las calles de Euskadi el malestar de los ciudadanos.

Manifestación convocada por la Coordinadora de Plataformas Ciudadanas por la Sanidad Pública. EFE/Javier Zorrilla

Una de sus impulsoras, Maite Alonso, niega la mayor. Asegura a EFE que el coronavirus sacó a la luz las carencias de un sistema público de salud «que se enfrentó a la pandemia en cueros».

Con «altas» tasas de temporalidad y con una gestión de lo público «con criterios economicistas».

La clave para este movimiento está en el descuido «paulatino» de la Atención Primaria, con 0,77 médicos por cada 1.000 habitantes, por debajo de la media nacional del 0,78.

En este caso, el Gobierno vasco alega que hay una falta de profesionales generalizada para cubrir las bajas, las jubilaciones y todas las plazas necesarias.

Fuga de profesionales

Maite Alonso vuelve a cuestionarlo. «Lo que no se ofrece son buenas condiciones laborales y por ello hay fuga de profesionales», asegura esta trabajadora del sistema sanitario público.

Advierte además de que la que sale beneficiada es la sanidad privada porque Osakidetza y su situación está empujando a las clases medias a hacerse seguros médicos.

Así las cosas, la plataforma fía parte de la solución a «repensar y refundar» la Atención Primaria como «piedra angular» de un sistema que, según la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad, es el segundo con un mayor gasto sanitario por habitante ( 2.130,19 euros) por detrás de Asturias .

Todos miran al PNV

Y con este escenario no solo los movimientos sociales y los sindicatos responsabilizan al PNV y a su gestión. También lo hacen el resto de partidos, con especial énfasis EH Bildu, e incluidos los socialistas que comparten gobierno con los nacionalistas en las principales instituciones de Euskadi.

El lehendakari, ante una concentración de trabajadoras de subcontratas de limpieza de Osakidetza. EFE/David Aguilar

Para la coalición abertzale, Osakidetza y todas sus derivadas han sido uno de los caballos de batalla de la legislatura, con constantes iniciativas y propuestas en el Parlamento Vasco. Y con una importante presencia en la calle junto a los sindicatos, trabajadores y ciudadanos.

Los socialistas no han permanecido ajenos a este problema. En los debates parlamentarios se alineaban con el PNV para rechazar las iniciativas críticas.

No obstante, fuera de la institución, su líder y candidato a lehendakari, Eneko Andueza, ha llegado a decir de Osakidetza que el servicio ha empeorado por carecer de personal suficiente y se ha comprometido en crear 2.000 nuevas plazas.

Máxima prioridad

Consciente de la importancia que la ciudadanía vasca da a la sanidad pública, el lehendakari, Iñigo Urkullu, se comprometió en el pleno de Política General que abrió el último curso de la legislatura a volver a las listas de espera previas a la pandemia .

También a dotar a Osakidetza de 1.200 millones de euros más, compromisos a los que han seguido ampliaciones de plantilla y contrataciones en los últimos meses.

El llamado por el PNV a ser su sucesor al frente de la Lehendakaritza, Imanol Pradales, recogió el testigo y en su presentación pública puso como «máxima prioridad» la mejora de Osakidetza.

Este objetivo también ocupa uno de los primeros lugares en el lista de medidas de EH Bildu, coalición con la que los jeltzales se disputarán el triunfo en los comicios de abril según todos los sondeos.

Dos días antes del arranque de la campaña Pradales ha planteado un gran acuerdo político y social para dejar «fuera de las disputas partidistas» a la sanidad pública vasca. Un tema que con toda seguridad centrará los mitines previos a unas elecciones con uno de los resultados más abiertos de los últimos años.