Cientos de pensionistas han participado en la manifestación, por séptimo año, en la Aste Nagusia de Bilbao para reclamar una pensión mínima de 1.080 euros y la mejora de Osakidetza y las residencias.
Los manifestantes ha recorrido la Gran Vía desde Moyúa hasta el recinto festivo del Arenal encabezados por una pancarta con el lema «Recorte de pensiones no. 1.080 pensión mínima», aunque cada grupo local que ha participado ha llevado su propia pancarta y coreado sus lemas.
Entre los lemas coreados, los clásicos «lo público no se vende, lo público se defiende»; «1.080, sí se puede»; «pensiones públicas, universales y dignas», «pensionistas aurrera» y «terrorismo es no llegar a fin de mes».
Pensión mínima de 1.080 euros
El portavoz del Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria Jon Fano ha declarado que en septiembre recuperarán las concentraciones semanales y que seguirán «dale que te pego movilizándose todos los lunes tomando nuevas iniciativas».

Fano ha considerado una «necesidad imperiosa que, de una vez por todas, la pensión mínima sea de 1.080 euros, pues son más de 4 millones de personas en el conjunto del Estado español y unas 220.000 en el País Vasco quienes no llegan a esa pensión».
El portavoz ha reclamado a los gobiernos vasco y navarro que complementen las pensiones que se quedan por debajo de esa cantidad, que son sobre todo las de viudedad.
Residencias y atención domiciliaria
Fano ha señalado que las otras dos reivindicaciones principales de esta manifestación son la resolución de los problemas de Osakidetza y la mejora de las residencias y la atención domiciliaria.
«El problema de las residencias es que, salvo unas pocas, son todas o en su gran mayoría concertadas pero de gestión privada y en lugar de tener como objetivo fundamental una buena atención y cuidado a las personas mayores, lo que prima son los beneficios, que son privados pero que vienen derivados de una contratación muy jugosamente pagada por la Diputación», ha declarado.
Fano también ha reclamado una mejora de las condiciones laborales de las trabajadoras de atención domiciliaria.
La movilización de Bilbao ha contado con el apoyo de otras asociaciones de pensionistas vascas y españolas.