San Sebastián (EFE).- El joven que permaneció fugado en Francia antes de ser juzgado en la Audiencia de Gipuzkoa por la muerte del menor Santi Coca ha sido condenado a penas que suman tres años y seis meses de cárcel y a abonar una multa de 420 euros, según la sentencia del caso, a la que este lunes ha tenido EFE.
Acusado de matar
El tribunal del jurado encargado de enjuiciar lo sucedido consideró el pasado 19 de noviembre al procesado, de 24 años, culpable de los hechos, por lo que el magistrado presidente le ha condenado ahora como autor de un delito de homicidio por imprudencia grave, así como de un delito leve de lesiones cometido contra el hermano de Santi Coca.

Por el primer delito se le imponen tres años y medio de prisión, así como la prohibición de comunicarse y acercase a los progenitores y hermano de la víctima a menos de 300 metros durante cinco años y el pago de una indemnización a estos de un total de 165.573,85 euros (72.438,56 euros a cada progenitor y 20.696,73 euros al hermano).
Por el delito leve de lesiones se fija una multa de dos meses y diez días con una cuota diaria de seis euros y el pago de una indemnización de 80 euros al hermano del fallecido.
Santi Coca
Santiago Coca falleció en el hospital el 28 de abril de 2019, dos días después de recibir una paliza en el exterior de una discoteca de la capital guipuzcoana.
Éste es el segundo joven condenado por este incidente, ya que en enero de este mismo año a otro varón que también participó en los hechos recibió una pena de tres años y medio de cárcel como autor de un delito de homicidio imprudente.
Cayó al suelo
La sentencia, tal y como estableció el jurado, considera probado que el 26 de abril de 2019, durante una discusión entre dos grupos en el exterior de una discoteca de San Sebastián, Santi Coca propinó un golpe al acusado «y éste comenzó a golpear con violencia a Santiago y le condujo con golpes hasta la pared de la discoteca», donde la víctima cayó al suelo. Cuando Santi Coca estaba en el suelo el acusado lo golpeó «violentamente con patadas» en «diversas partes del cuerpo, entre ellas la cabeza».

También da por probado que la hemorragia subaracnoidea generalizada tuvo su origen en los golpes propinados por el acusado, «ya que provocaron que se rompiera algún vaso del espacio subaracnoideo».
La sentencia considera que, a través de las declaraciones de los testigos y las grabaciones de vídeo, «ha quedado acreditada con la certeza y garantías exigibles en el ámbito del derecho penal la participación en la agresión del acusado».
Ponía en riesgo su vida
El magistrado presidente sostiene también que, aunque no ha quedado acreditado que el agresor pensara en la posibilidad de causar la muerte a Coca, «se entiende que debió considerar que con sus actos ponía en riesgo la vida de Santiago, posibilidad que hubiera sido fácilmente tomada en cuenta por cualquier observador imparcial».
Aunque el magistrado-presidente asume, como estableció el jurado, la atenuante de intoxicación por drogas y alcohol, ha decidido situar la condena en la mitad superior del tipo penal por homicidio imprudente (de 1 a 4 años), ya que el Código Penal permite esta posibilidad en los delitos imprudentes y la deja al «prudente arbitrio de los jueces».

El condenado, un joven de origen argelino, huyó de España antes del primer juicio, motivo por el que en febrero de 2023 la Audiencia de Gipuzkoa dictó una orden de detención.
Un año después, en febrero de 2024, la policía gala arrestó al joven en la localidad de Draguignan próxima a Cannes, en el departamento de Var de la región sa de Provenza-Alpes-Costa Azul.
Cabe recurso
Esta sentencia no es firme y cabe recurso ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
Tras conocer esta condena, el letrado de la defensa, Alejandro Palacio, ha asegurado en declaraciones a EFE que la sentencia pone de manifiesto «que los hechos no ocurrieron como se ha contado durante los últimos cinco años», dado que «existen dos veredictos, emitidos por dos jurados diferentes, que han confirmado el mismo relato en el que el triste desanlace de la muerte de Santiago no fue ni querido ni buscado por ninguno de los intervinientes en la pelea». EFE