Getxo(Bizkaia).-Entrenamiento de las mujeres del Getxo Rugby que se reivindican en la élite de un deporte en el que son válidos todos los cuerpos, viven su feminidad como les da la gana y se sienten empoderadas, aunque hay cosas que cambiar y quieren ser palanca hacia la igualdad. EFE/ Miguel Toña.

Las mujeres del Getxo Rugby, en la élite del deporte, quieren ser palanca por la igualdad

Bilbao (EFE).- En cada placaje, melé y punto conseguido, las mujeres que componen el Getxo Rugby, de entre 17 y 40 años, se reivindican en la élite de un deporte en el que son válidos todos los cuerpos, viven su feminidad como les da la gana y se sienten empoderadas, aunque hay cosas que cambiar y quieren ser palanca hacia la igualdad.

Getxo(Bizkaia).-Entrenamiento de las mujeres del Getxo Rugby que se reivindican en la élite de un deporte en el que son válidos todos los cuerpos, viven su feminidad como les da la gana y se sienten empoderadas, y quieren ser palanca hacia la igualdad. EFE/ Miguel Toña.


En el Día de la Mujer de 2025, la discriminación es evidente en el ámbito deportivo, que aún dirigen casi en exclusiva los hombres y donde los valores de la masculinidad tradicional se asocian a simple vista a modalidades como el rugby, vinculado a la fuerza y la agresividad.


Pero, según han contado a EFE las jugadoras del Getxo Rugby, tiene mucho más de trabajo cooperativo, estrategia, empatía entre mujeres y conexión como grupo.

Solidaridad entre mujeres


Itsaso Reina, capitana del equipo ascendido el año pasado a División de Honor y que juega con el número 5, aclara que “lo más importante del rugby es hacer un ensayo y para ello necesitamos de la colaboración de todas las jugadoras».

GETXO (BIZKAIA).- Itsaso Reina (en la imagen), capitana del equipo ascendido el año pasado a División de Honor, aclara que lo más importante del rugby es hacer un ensayo y para ello es necesaria la colaboración de todas las jugadoras. EFE/ Miguel Toña

«No se consigue con que una sea muy buena. Si no tiene el resto de compañeras detrás, que la apoyen en todo, jamás va a llegar el ensayo”.


“Esa colaboración entre nosotras, es lo que más me gusta”, lo que le ha enganchado al equipo.

Además, «aquí todos los cuerpos son válidos» y cada uno tiene su función.

“Da igual si eres grande o pequeña, si pesas mucho o poco; hay un puesto para cada jugadora y por eso creo que supera cualquier discriminación” relacionada con cánones de cuerpos considerados normativos.


“De hecho, es más importante la estrategia y la cooperación que la fuerza, aunque parezca lo contrario”.

Esa reflexión la comparte su compañera Luna Arroyo: “Desde fuera parece mucho más agresivo” pero es “un deporte muy inteligente”, en el que se prepararan “un montón de jugadas para que ese o no se llegue a dar”.

Getxo(Bizkaia).- Las jugadoras del Getxo Rugby durante el entrenamiento. EFE/ Miguel Toña.


“El o es la última opción y, aunque al final es inevitable, está muy controlado” por las normas que hay dentro del campo y porque para evitar lesiones se hace mucho trabajo de gimnasio.

El valor de los cuerpos de las mujeres


Al principio, cuenta, “tuve un sentimiento agridulce, de miedo a los golpes, pero a la vez me sentía tan bien de superarlo que fui consciente de que me ayudaba a crecer como persona” por “superar las dificultades físicas y porque me sentía más empoderada, más fuerte y con ganas de seguir”.


Su entorno acogió esa decisión, pero aún hay personas que juzgan “si eres femenina o si no lo eres”. Se sorprenden de que “fuera del campo de rugby una jugadora vaya, por ejemplo, con vestido o se maquille”.

Quienes no conocen este deporte “lo relacionan con unos estereotipos determinados y no tiene nada que ver: puedes ser muy femenina y jugar al rugby o más masculina o como quieras ser, y no jugar a un deporte de o”.


Arroyo, que lleva el 8 y a veces cambia de posición, ha jugado en la selección y constata que los clubes con más recursos y servicios propios para el equipo femenino, como gimnasios, fisioterapeutas o nutricionistas, suelen ser más competitivos porque “pueden seguir creciendo como jugadoras y llegan más preparadas”.


La número 9, Garazi Izagirre, que no llega al 1,60 metros de altura, hace declaraciones con un ojo morado por un lance del partido del domingo, pero “no tiene miedo” al salir a la hierba porque no sufren más lesiones graves que en otros deportes.


Cuenta que una de sus abuelas “se asustó muchísimo” cuando se apuntó. “A ver si te van a estropear la cara”, le advirtió. Pero el resto de la familia “viene a todos los partidos y mi padre es el mayor fan del equipo”.

Getxo(Bizkaia).- Las mujeres del Getxo Rugby ensayan una jugada de estrategia. EFE/Miguel Toña.


“Es verdad que aún es un deporte minoritario en mujeres, pero en estos últimos años ha habido un cambio enorme y cada vez hay más jugadoras y más clubes, y ahora tendrá más visibilidad porque la selección española se ha clasificado este año para el Mundial en Inglaterra”.


“Aún así, faltan muchas cosas por hacer”, dice Izagirre.


Las jugadoras del Getxo han pedido participar en la directiva del club, ser escuchadas y tenidas en cuenta, pero “aún estamos en ello”, así como preferirían que les entrenara una mujer.

Con ambición


Ansían contar con patrocinadores y más recursos porque tienen “ambición” y esperan terminar la temporada en los primeros puestos de la máxima categoría en España, en la que son el único equipo vasco.


Ello requiere mucha labor para encajar agendas porque fuera del campo son maestras, panaderas, estudiantes y también madres de familia numerosa.


“Fue maravilloso” cuando los tres hijos de una jugadora veterana saltaron al campo a abrazar a su madre al final del partido en el que lograron el ascenso, recuerda Itsaso Reina.

Le agradece que, “con todo lo que tiene que hacer”, con su trabajo y los cuidados, “haga un esfuerzo por seguir con nosotras”.


A la capitana le toca, reconoce, empastar intereses de las 25 componentes del equipo en momentos vitales tan diferentes, desde los 17 a los 40 años, y además, mediar y comunicarse con la directiva.

La desigualdad


En la web del Getxo Rugby, el ‘primer equipo’ es el de hombres, que ha descendido a tercera división, y al de ellas, en la categoría reina del rugby en España lo denominan ‘neskak’ (chicas).


El primero dispone de una partida presupuestaria mucho mayor que la del segundo, como ocurre en muchos clubes, según lo deciden las respectivas directivas, casi siempre integradas solo por hombres.

Según datos del Instituto Europeo de la Igualdad (EIGE), solo el 14 % de todos los puestos de decisión está ocupado por mujeres.


El Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, advirtió de “las desigualdades en el a recursos” ya que se prioriza el uso de las instalaciones por parte de equipos de hombres y “las mujeres ocupan un lugar secundario” en partidas presupuestarias.

Convencidas de su papel transformador

Las deportistas del Getxo están convencidas de la importancia de dar visibilidad a las posibilidades que ofrece el deporte de mujeres como transmisor de valores para superar prejuicios y estereotipos de género, como proponía Emakunde.


Sin embargo, como sociedad aún queda pendiente incluir la perspectiva de género en la gestión del deporte para garantizar la plena igualdad de , participación y representación de las mujeres, de todas las edades y condición como practicantes, pero también como as, dirigentes, entrenadoras o árbitras. EFE