Carlos López Izquierdo|San Sebastián, (EFE).- «La justicia no está politizada. Creo que los jueces trabajan con absoluta honestidad, responsabilidad y ética profesional». María Josefa Barbarin, la nueva presidenta de la Audiencia de Gipuzkoa, se muestra tajante al descartar la politización de la justicia en España.
«Otra cuestión es que a veces sean los políticos los que pretenden utilizarla, porque el juego político sin duda es voraz», señala con convicción en la primera entrevista concedida a un medio de comunicación tras su reciente toma de posesión el pasado 2 de abril.

«Los compañeros y las compañeras desde luego actúan con responsabilidad, con rigor y con recta aplicación de la Ley. Creo que es así. Y desde luego en lo que concierne a Euskadi, y más en concreto en Gipuzkoa, es así», remarca con seguridad.
A su entender, «el resto sólo es ruido mediático y político». «Los jueces hemos sido preparados para aprender a soportar ese ruido, ese tipo de intentos de intromisión que responden a intereses que, a mi entender, son espurios, son bastardos y no conciernen a nuestra labor jurisdiccional», insiste la magistrada.
Constitución, leyes y ciudadanos
Subraya que los jueces se deben «a la Constitución, a las leyes y a los ciudadanos», por lo que deben trabajar «con un casco puesto» y como si les fuera ajeno completamente «todo el ruido» exterior.
Barbarin no elude tampoco la situación suscitada por el bloqueo y la tardanza en la renovación del antiguo Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que, tras cinco años en funciones, retrasó el nombramiento de numerosas plazas judiciales como la suya en toda España.
«No cabe duda de que eso responde a que no existió un acuerdo. A que había una obligación de renovarlo en unos determinados plazos que evidentemente no se cumplió porque no se quiso cumplir», explica.

Una situación ante la que ella se muestra partidaria de promover «otro modelo» de renovación del CGPJ, similar «al que se está propugnando desde Europa» y en el que sus «sean elegidos por los propios jueces y magistrados sin interferencias del poder legislativo».
«Creo que es el modelo al que tenemos que tender, que hasta ahora no se ha conseguido porque no ha habido voluntad política. Es una cuestión a la que por lo demás nosotros somos ajenos», sentencia Barbarín, quien considera que «la pelota está en el tejado del Ejecutivo y del Legislativo». «Ahora que tienen tiempo es cuando se debería abordar ese cambio de modelo», matiza.
Los jueces salen del pueblo
La magistrada descarta por otra parte que esta fórmula suponga una pérdida de soberanía popular respecto a la elección porque, como aclara, «los jueces y magistrados salen del pueblo».
«Obtenemos la plaza por haber ejercitado una oposición. El CGPJ está formado por veinte personas más el presidente, y ya hay un contrapeso dentro del mismo porque hay ocho que seguirían siendo elegidos por las cámaras legislativas y que además no pertenecen a la carrera judicial. Son o bien letrados o abogados en ejercicio y catedráticos que constituirían un buen contrapeso», opina.
La nueva presidenta de la Audiencia de Gipuzkoa reconoce por otra parte que nombramientos como el suyo contribuyen a la fractura de un «techo de cristal» que, a su entender, aún existe para las mujeres en los cargos de responsabilidad de la justicia y que «se tiene que romper todavía más», aunque siempre a partir de «una igualdad de mérito y capacidad».
«Que no se te elija porque eres mujer sino porque tienes una trayectoria profesional detrás que te avala», aclara Barbarin, quien advierte de que «el propio CGPJ ya ha tomado consciencia de que hay que empezar a dar visibilidad a algo que es una realidad: que es que dentro de la carrera judicial la mayoría son mujeres».
«El techo de cristal se está rompiendo de verdad y creo que se romperá todavía más. A ver si llega el momento en el que vemos a una mujer presidenta del Gobierno y entonces ya podremos hablar de que se ha hecho añicos», concluye la magistrada. EFE