San Sebastián (EFE).- Euskadi ha pedido «perdón» por la tardanza y ha saldado la deuda pendiente con la memoria de los 253 vascos y navarros deportados a campos de concentración nazis.
Todos ellos han sido homenajeados este sábado en un acto en Irun (Gipuzkoa), presidido por el lehandakari, Imanol Pradales, y organizado por el instituto vasco de la memoria Gogora.
253 deportados entre 1940 y 1945
Su celebración coincide con el 80 aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis, donde fueron internados entre 1940 y 1945 un total de 253 ciudadanos vascos y navarros.

La mayoría de ellos estuvieron en Mauthausen y su ‘satélite’ Ebensee, en los que murieron 113 de ellos y se salvaron 125, mientras no está claro que pasó con los otros 15 deportados.
Estos datos han sido facilitados por la Coordinadora por la Memoria de la Deportación Vasca, creada por historiadores y descendientes de los damnificados.
La mayoría en Mauthausen
El acto en su recuerdo celebrado este sábado en Ficoba ha reunido a numerosos representantes institucionales .
Entre ellos, la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, y la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria. También han acudido familiares de las víctimas, todas ellas del bando republicano y huidas a Francia.
Euskadi salda así una deuda pendiente con la memoria al celebrar el primer homenaje conjunto a los deportados a campos de concentración nazis.
«Hoy estamos aquí para recordar y para honrar su memoria. También para pedir perdón por el tiempo transcurrido sin haber sido reconocidos públicamente», ha subrayado Pradales.

Durante su intervención, el lehendakari ha destacado la responsabilidad histórica de cada generación.
«La nuestra es proteger y consolidar aquello por lo que pelearon quienes hoy homenajeamos, la paz, la libertad, la democracia y los derechos humanos», ha recalcado.
El lehendakari ha destacado la importancia de no banalizar los populismos, los extremismos ni los fanatismos que cuestionan la democracia.
«Pie en pared ante los autoritarismos»
«Tenemos que poner pie en pared ante los discursos que reviven los autoritarismos de siempre: inventando uno o varios enemigos para sembrar el odio y dividir a la sociedad, explotando el miedo en su propio beneficio, evocando la grandeza perdida y el retorno a un pasado idílico y presentando líderes carismáticos con soluciones rápidas y sencillas para todo», ha advertido.
La consejera María Jesús San José ha recordado a las víctimas de la deportación.
En concreto, a «miles de apátridas a quienes el odio revanchista del régimen franquista les había negado la nacionalidad vasca y española y que fueron encerrados entre alambres de espino y privados de lo más básico, del derecho a tener derechos», ha denunciado.
«Perdón por tantas décadas de silencio»
Ha reivindicado su memoria, su sacrificio, su dolor y su ausencia. Se ha dirigido también a sus familias para pedirles «perdón» por «tantas décadas de silencio».
Los nombres de todos los deportados han sido proyectados en este acto en el que han intervenido también algunos de sus familiares. Entre ellos el hijo y una nieta de José María Azurza, natural de San Sebastián, afiliado a la UGT, y asesinado en Mauthausen el 28 de octubre de 1941.

También ha tomado la palabra Lola Madariaga, hija del superviviente Pedro Madariaga, natural de Portugalete (Bizkaia), quien ha asegurado que su padre que fue trasladado de un campo a otro- Mauthausen, Bremen y Dachau-, fue capaz de tener después una vida feliz ya que, aunque no pudo olvidar, «nunca odió» y eso le permitió seguir para adelante.
Entre los representantes institucionales y políticos que han acudido al acto de reconocimiento se encontraban también la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia, la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza, el ararteko, Manuel Lezertua, y secretaria del EBB, Maitane Ipiñazar.