Oviedo (EFE).- Rosario Cabal, encargada de la contabilidad de Foro desde los inicios de la formación en el año 2011, ha reconocido este jueves que, por indicaciones de la entonces secretaria general del partido, Teresa Alonso, tenía que pagar todos los gastos que pasaba su presidente, Francisco Álvarez-Cascos, sin que tuviese capacidad alguna de control o discriminación.
«Las indicaciones que me dio Teresa Alonso fue que los gastos que pasaba el presidente se pagaban todos», ha señalado al declarar en la tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Oviedo contra Álvarez-Cascos, acusado de un presunto delito continuado de apropiación indebida de fondos de Foro.
Cascos está acusado de utilizar para gastos propios 181.648 euros, según la Fiscalía, y más de 219.000, según la acusación particular, de los fondos de Foro, el partido creado en torno a su figura en 2011 tras su marcha del PP y con el que accedió a la presidencia de Asturias en julio de ese mismo año.
Cabal, que sigue trabajando para Foro y desde hace dos años es responsable del área económico-financiero del partido, ha negado que una de sus funciones como contable fuese discriminar qué gastos podían pasarse y cuáles no porque a ella ya le llegaba todo al final del proceso y solo tenía que preparar el talón del banco y pagar.
Entre 2011 y 2015 despachaba con la secretaria general y el exdiputado, y entonces mano derecha de Cascos, Pelayo Roces, que era habitualmente quien firmaba los gastos, mientras que a partir de 2015 lo hacía directamente con el exlíder de Foro, una vez asumió las funciones de secretario general de la formación.
Aunque Álvarez-Cascos aseguró en su declaración inicial ante el tribunal que le juzga que Cabal se encargaba de auditar y fiscalizar las cuentas del partido, ésta ha asegurado hoy que ella no podía auditar unas cuentas que hacía ella misma, y menos fiscalizarlas, porque eso es competencia del Tribunal de Cuentas.
Cabal, que estuvo en todas las fiscalizaciones que hizo ese tribunal, ha incidido en que éste no entraba al detalle, que se centraba en las facturas de más de mil euros y que entre el resto hacía un muestro, pero siempre sin entrar a preguntar, por ejemplo, qué motivaba el gasto en un hotel o de una comida.
Asimismo, ha reconocido que no se hizo ninguna auditoría externa porque no encontraron ninguna empresa que quisiera hacerla dado que el pequeño volumen de las cuentas anuales del partido, en torno a los 1,4 millones de euros anuales.
En cuanto al local alquilado en el paseo de la Castellana de Madrid a una empresa vinculada a una empresa de la tercera exmujer de Álvarez-Cascos, María Porto, la contable de Foro ha reconocido que pagó facturas «por unos despachos y unas plazas de garaje», pero que no sabía qué uso se les daba.
Una oficina, no una sede
La que fuera secretaria general de Foro hasta 2015, Teresa Alonso, ha ratificado que, al igual que a ella le dieron instrucciones de pagar todos los gastos que pasase Cascos, ella se lo transmitió a Cabal cuando asumió la contabilidad del partido.
«A Cabal le dije, la indicación que tengo de Pelayo Roces es que se paguen todos los gastos», ha reconocido a preguntas del fiscal, tras advertir de que todas las decisiones de carácter político las tomaba siempre Cascos porque era su líder, y que éste también llevaba la gestión económica junto a Roces, las dos personas que siempre le daban las indicaciones.
El propio Cascos fue quien acudió a ella para decirle que iba a alquilar una oficina en Madrid porque no podía seguir recibiendo a la gente en los halls de los hoteles y necesitaba un sitio estable, pero que ella no participó en ninguna negociación ni el asunto fue objeto de debate en la comisión directiva de Foro
«Firmé el contrato por un alquiler de una oficina en Madrid, no una sede», ha subrayado la exsecretaria general de Foro, que ha aclarado que cuando lo hizo no sabía quién era el arrendador de lo que para ella «siempre fue una oficina, no una sede».
Alonso ha reconocido también que, a pesar del cargo que ostentaba, nunca fue la número dos del partido ni tuvo proyección política ya que principalmente hacía tareas istrativas y se encargaba de atender a la gente que acudía a la sede de Oviedo para afiliarse, o simplemente a contar sus problemas.
Ante el tribunal también ha declarado hoy Inaciu Iglesias, miembro de la comisión directiva de Foro entre 2012 y 2016, quien ha asegurado que éste no era un órgano de decisión o control, sino «una caja de renonancia» de Álvarez-Cascos, que «tenía la última palabra, también en materia económica» porque, según ha añadido, en el partido mandaba él y también ejercía de tesorero.