Oviedo (EFE).- La industria asturiana incrementó su producción en febrero un 3,6 por ciento en tasa interanual, con lo que ha encadenado once meses al alza, según refleja el índice publicado por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), que en su último informe alerta del empeoramiento de las perspectivas «por el giro proteccionista» de Estados Unidos y de la creciente incertidumbre.
La subida de febrero es 1,1 puntos inferior a la registrada en enero, y en el acumulado de los dos primeros meses del año se ha producido una subida del 4 por ciento.
La mejora de los niveles de producción se atribuye a la industria naval, que sigue recibiendo contratos internacionales, y a la fabricación de armamento o tecnología militar, a los que se une la proyección internacional de algunas otras empresas de transformación metálica, explica Sadei en su informe.
A ello se añade la recuperación de la rama de energía eléctrica, una vez superado el ajuste experimentado desde mediados de 2022 a finales de 2024, «en el marco de los procesos de descarbonización», así como «la fortaleza» de la industria química.
Deterioro de las perspectivas
Frente a ello, se ha producido una caída en varias líneas de la rama de metalurgia, en especial las orientadas al sector del automóvil, «sumido en un clima global de estancamiento, y al «empeorar las perspectivas generales de la actividad por el giro proteccionista de la política económica de EE.UU», según detalla el informe, elaborado antes del anuncio de nuevos aranceles globales por parte del Gobierno de Donald Trump.
Según Sadei, «el viraje en el ambiente geopolítico ha trastocado las expectativas económicas y ha extendido la incertidumbre al conjunto de las empresas industriales, que temen tanto los efectos directos, en caso de que los aranceles afecten a sus respectivas producciones, como los indirectos que se puedan producir por incrementos en los precios de las materias primas».
Protagonismo de la industria de defensa
El informe destaca, «en sentido contrario, el énfasis de la Unión Europea en la política de defensa» como consecuencia del «nuevo marco de relaciones internacionales».
Dicha apuesta «ha resonado en la región con un conjunto de anuncios en torno a la instalación y ampliación de plantas de producción de material militar, que anticipa un reforzado protagonismo de esta rama en el entramado productivo de Asturias».
Sadei también resalta que, «al margen de estos efectos colaterales del ambiente internacional», a lo largo del mes se han anunciado importantes inversiones en la planta de producción de pasta de papel, en referencia a Ence, y se ha aprobado la instalación de los primeros parques de baterías, «no exentos de polémica», que reflejan «el proceso de transformación del sector energético en los últimos años».
Además, «se ha moderado la presión sobre varias empresas regionales que atraviesan momentos complicados, gracias a las negociaciones para la reestructuración de su deuda y el alivio que supone la venta de activos ociosos que se produce, precisamente, en el marco de los citados planes de expansión de la industria militar», añade el informe tras el anuncio de la compra del Tallerón de Duro Felguera en Gijón por parte Indra. EFE
