Oviedo (EFE).- Un local del Casco Antiguo de Oviedo ofrece chupitos de diferentes licores a un precio de cincuenta céntimos a los clientes que acepten soportar una descarga eléctrica creciente durante diez segundos.
Esta práctica, bautizada como ‘el calambrazo’, ha sido publicitada en redes sociales por el propio establecimiento, donde pueden verse vídeos de jóvenes sometiéndose a esta actividad.
Según ha adelantado este martes el diario ‘La Nueva España’, algunos de los clientes se someten a estas descargas, que se van intensificando a medida que corre el tiempo, de forma individual y otros lo hacen en grupo, de manera que la corriente de energía va circulando por sus cuerpos.
Además, según el periódico, hay padres que han identificado a varios menores de edad en los vídeos publicados en las cuentas de Instagram o de Tik Tok del propio establecimiento.
La patronal Hostelería y Turismo de Asturias (Otea) ha expresado su «profunda indignación y absoluto rechazo a la insólita y peligrosa práctica» llevada a cabo por este local de Oviedo, puesto que «no solo es una acción irresponsable y carente del más mínimo sentido común, sino que atenta directamente contra la seguridad y el bienestar de los clientes».
En un comunicado, ha pedido su «inmediata paralización» al poner en «grave riesgo la integridad física de las personas» y porque puede considerarse «como una manera de incitar al consumo de bebidas alcohólicas y, por tanto, como una infracción muy grave a la normativa autonómica sobre espectáculos públicos».
A su juicio, resulta «especialmente preocupante la información que apunta a la participación de menores de edad en esta peligrosa actividad, tal y como se desprende de las publicaciones en redes sociales del propio local».
«Exponer a jóvenes a este tipo de riesgos es de una gravedad extrema y exige una actuación inmediata por parte de las autoridades competentes», ha expresado la patronal.