La presidenta de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI), María José Torres. EFE/ María Alonso

Los químicos en productos para niños abren la puerta a alergias futuras, según una experta

María Alonso | Málaga (EFE).- Las sustancias químicas presentes en los alimentos o productos de higiene para niños, como las toallitas o cremas, pueden hacerles más sensibles ante los alérgenos, según la presidenta de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI), María José Torres, catedrática del Departamento de Medicina de la Universidad de Málaga.

Los menores son los más vulnerables ante estos tóxicos y quienes presentan un mayor riesgo a largo plazo, ya que estarán expuestos a estas sustancias durante más años, ha explicado a EFE esta científica, primera mujer y primera persona de España en presidir la EAACI.

El uso extendido de las toallitas -con químicos- para la higiene de los niños o de cremas y otros productos que pueden contener conservantes, pueden alterar la barrera epitelial de los más pequeños de la casa.

«Esto hace que, luego, si entran en o con alérgenos o con cualquier sustancia se puedan sensibilizar, porque cada vez está más claro que a través de la piel nos podemos volver alérgicos a alimentos o pólenes», ha asegurado Torres.

Alteran la defensa del cuerpo

Estas barreras epiteliales, que son una capa de células que recubre la piel y los órganos internos, se encargan de proteger al organismo de toxinas, microorganismos y otros agentes externos; pero los químicos alteran ese sistema de defensa del cuerpo, lo que provoca que las sustancias perjudiciales entren en o con el sistema inmune.

«La forma de vida que tenemos, en la que utilizamos una importante cantidad de productos químicos en nuestra piel y comemos e inhalamos productos químicos, hace que esas barreras epiteliales se rompan y aparezcan como huecos», ha detallado la investigadora de la UMA.

Esta situación genera que sustancias que antes no tenían por qué ar con el sistema inmune, como pólenes, alimentos o medicamentos, entren en un o directo y pueda aparecer una reacción alérgica.

Un ‘microbioma’ menos diverso

Además, la científica ha alertado de que el microbioma -la comunidad de microorganismos como los hongos, bacterias o virus que viven en la piel o el tracto gastrointestinal- ha disminuido en su diversidad «de una manera importantísima».

La presidenta de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI), María José Torres
La presidenta de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI), María José Torres. EFE/ María Alonso

Este conjunto de pequeños organismos es dinámico y cambia en respuesta a factores ambientales como el ejercicio, los contaminantes, la dieta o la medicación. Pero también se puede ver reducido por no estar expuesto a «bacterias buenas».

El hecho de que el ser humano ya no conviva con animales de labor hace que esté expuesto a un ambiente «mucho más aséptico», que conlleva que el microbioma se modifique y aumente la posibilidad de que haya alergia, por lo que «todo está directamente relacionado con el estilo de vida moderno», ha señalado.

Además, cuando por ejemplo los pólenes están expuestos a contaminantes, como ocurre cuando hay plantas y árboles cerca de las autovías, esas partículas tóxicas del diésel o la gasolina pueden modificarlos, para que sea más agresivo y pueda inducir un mayor número de reacciones alérgicas, ha añadido.

Alergias más graves

Una de las investigaciones principales que están llevando a cabo los expertos de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica está centrada en qué impacto tiene el cambio climático en la salud y la biodiversidad.

Torres ha afirmado que han comprobado que este fenómeno está provocando que la gravedad de las enfermedades sea mayor y que, por ejemplo, los pólenes se estén modificando y sean más alérgenos.

Si antes los periodos de polinización eran de cinco meses, «ahora duran más» y hay nuevos pólenes, también en España, lo que se traduce en que cada vez habrá más personas alérgicas, con mayores síntomas y durante más tiempo, ha avisado.

Sobre qué se puede hacer, esta investigadora, que forma parte del listado de Mujeres Investigadoras Españolas y en España 2025 –ocupando el primer puesto en Málaga y el segundo en Andalucía-, elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), resalta la importancia de que las istraciones reduzcan las tasas de contaminación y fomenten la investigación.